domingo, 18 de octubre de 2009

LA GRAN ESPERANZA DE LA IZQUIERDA VIENE DE LA SIERRA Y ES SACERDOTE

Marco Arana: "Es folclórico que la izquierda rodee a Humala"

Sacerdote, crítico de la actividad minera y probable candidato a la Presidencia, marca distancia del humalismo, pero también de postulados tradicionales del catolicismo. Dice que convocaría a un referéndum para definir si se deben hacer modificaciones a la Constitución.


Por Emilio Camacho

Es de las pocas figuras políticas que da entrevistas mientras toma café con leche. Marco Arana se prepara para entrar en la contienda electoral y desplazar a los pesos pesados de la política. En teoría, va con ventaja, pues en su oficio los milagros son moneda corriente.

¿Está construyendo una candidatura o un movimiento político?
Estamos construyendo un movimiento político para institucionalizar la credibilidad en los partidos que está tan venida a menos. En cambio, constituir una candidatura parece que no es tan complicado, hay que ver los últimos procesos electorales en el país.

¿Y ese es un hecho real o una declaración de buenas intenciones? Se lo digo porque usted habla de construir un movimiento político, pero Tierra y Libertad lo presenta como candidato, y sus últimos viajes por el país hacen suponer que ya está en campaña.
Mire, uno de los temas centrales que hemos planteado es la creación de nuevas formas de hacer política, y una de ellas es crear un partido de liderazgos múltiples. Claro que encontramos resistencias, incluso al interior…

¿De su propio movimiento?
De los que van siendo componentes. Estamos conscientes de que la política en el Perú se ha vuelto antropomórfica. Es lo que es el rostro del candidato. Entonces, la mayor preocupación es cómo lo conocen a uno. Es en esa perspectiva que se puso mi nombre o alguna fotografía.

Si piensa que la política no debería ser antropomórfica, ¿no fue un desatino adelantar que podría ser candidato?
Lo que ocurre es que hay dos dimensiones. Primero, esta dimensión popular que piensa que el partido es la persona. Es increíble la cantidad de presión que recibimos de bases provinciales que nos piden sacar afiches o almanaques con rostro.

¿Y usted se ha resistido?
Yo y el Comité Nacional. Hemos dicho que no vamos a lanzar nada todavía.

¿Y realmente cree que tiene la proyección nacional que se necesita para ganar la elección?
Lo que creo que hay es una demanda muy fuerte de amplios sectores del electorado que consideran que se debe introducir un cambio. Eso es en el lado electoral. Del lado estrictamente personal, siento que a lo largo de los años hemos avanzado, en términos de participación ciudadana, para conseguir modificaciones en algunas normas o para que se elaboren lineamientos de política ambiental. Cajamarca es la primera región en tener una política regional ambiental.







¿Hemos? ¿Nunca habla de usted en en primera persona?
Es que toda mi experiencia de vida está vinculada al trabajo con equipos. Siempre he participado en comunidades cristianas. Ahora, si usted me pregunta qué capacidades tengo, le puedo decir que yo estudié sociología, me especialicé en desarrollo rural, fui uno de los primeros alumnos de mi facultad. Algunos piensan, y es parte de la campaña de demolición en mi contra, que yo apenas sé hacer misas. Yo tengo formación académica rigurosa en sociología, gestión pública y temas ambientales.

¿Le queda tiempo para dar misa?
La hago todos los domingos.

¿Qué lo distancia de Humala?
Yo he participado en los últimos 20 años en diversas experiencias en el movimiento social. He sido dirigente estudiantil. He participado en todos los procesos importantes de defensa ambiental de Cajamarca. Vengo de un tejido nacional-social y tengo cercanía con la población y con los temas del desarrollo. Eso no se improvisa de cara a un proceso electoral.

¿Eso es lo que sí hace Humala?
La presencia de Humala en el movimiento social y en la problemática del desarrollo del país era desconocida hasta el “Andahuaylazo’ y las elecciones. Hay una trayectoria diferente. Yo vengo del ámbito de la formación humanística y de las ciencias sociales, no de una formación militar rígida. Nosotros tratamos los temas de lucha contra la pobreza, los derechos ambientales…

Pero en teoría esos temas también le interesan al nacionalismo.
Una cosa es que les interese y otra cosa es que vengan de allí. Uno puede trabajar por un discurso, algo que es legítimo, y otra cosa es que solo se verbalice un discurso.

¿Y usted no cree que el discurso de Humala sea real?
No es que no le crea. En todo caso, hay que contrastar el discurso con la práctica. A mí me parece que su intención de buscar que la política económica cambie, para que haya una mejor distribución de la riqueza, es creíble. El tema es qué hizo para que eso sea una realidad. Lo mínimo que debería hacer es consolidar una fuerza política capaz de ser coherente con ese discurso, y eso no ha ocurrido.

¿Piensa que Humala es de izquierda?
Él ha dicho que no lo es. Hay que tomarse eso en serio. Es la gran paradoja. Él dice que es nacionalista como Charles de Gaulle, y él no era de izquierda.

Pero toda la vieja izquierda está alrededor de él. Parece que no escucharon esa parte de su discurso…
O esa cercanía es parte del folclore político peruano.

El nacionalismo le ofreció la vicepresidencia en la plancha de Humala. Si a usted le va mejor en la campaña, ¿le ofrecería lo mismo?
Yo creo que de parte de ellos cualquier acercamiento está negado. De parte nuestra, ninguna alianza en Tierra y Libertad se hará a nivel de cúpulas.

¿No destaca nada del nacionalismo?
Yo creo que Humala expresa el descontento de vastas mayorías con un modelo excluyente, que así como ha hecho crecer el producto bruto interno, también ha hecho crecer la desi-gualdad. Ahora, nosotros pensamos que los problemas fundamentales del país se resuelven en el marco de la democracia. Y allí tenemos diferencias. Nosotros no pensamos que el poder se asalta, sino que se construye.

¿Qué piensa de Hugo Chávez?
Siento que todos los países tienen derecho de elegir a sus presidentes, a desarrollar sus instituciones y a introducir las reformas que les sean convenientes.

¿Y cuál es su definición exacta del chavismo?
Es un régimen autoritario con respaldo popular. Ese es un tema que los venezolanos deben decidir.

En los últimos meses ha estado en Chimbote, Puno, Cusco, Ica. ¿Quién financia sus viajes?
A Ica fui invitado por la Coordinadora de Derechos Humanos; a Puno, por los estudiante de Antropología de la Universidad del Altiplano; a Lambayeque, por la Junta de Usuarios de Riego. Los que me invitan son los que pagan.







¿Se equivocan quienes piensan que su movimiento es el partido de las ONG?
Totalmente. Tierra y Libertad no tiene una institucionalidad detrás de la cortina. Nosotros no creemos en el poder de la billetera.

Usted plantea el celibato opcional para los sacerdotes, la instalación del Estado laico y cuestiona al Vaticano por no ser enérgico con las dictaduras latinoamericanas, como sí lo fue con las dictaduras comunistas…
Pero todos esos no son pedidos solitarios. Son parte de corrientes sólidas dentro de la Iglesia.

Parece que usted no busca que la jerarquía de la Iglesia lo secularice, sino que lo excomulgue.
No sería la primera persona que es expulsada de la Iglesia por adecuación con su propia conciencia.

Jesucristo decía “mi reino no es de este mundo”. ¿Por qué se esfuerza en contradecirlo?
Cuando Jesús señala que su reino no es de este mundo no estaba cayendo en el dualismo platónico de la otra vida. El estaba diciendo “el que cree en mí, ya tiene vida eterna”. La vida eterna no viene después de que todos han muerto. Se debe trabajar por mejores relaciones humanas ahora. Lo otro es maniqueísmo.