viernes, 4 de septiembre de 2009

LAS PELÌCULAS DE MI VIDA :MANHATTAN,WOODY ALLEN



MANHATTAN,WOODY ALLEN,1979


Manhattan-quizá la película más representativa del autor- es una celebración de la vida urbana, del emocionante caos que aguarda en las grandes ciudades y de las relaciones humanas que florecen y se marchitan. Una sensación vibrante, emotiva, que Allen logra transmitir de modo admirable. Film muy agradable, divertido y profundo que confirmó su definitivo salto hacía el cine arte
, cercano siempre, a los cineastas modernos a los que admira (Bergman, Fellini, Buñuel, etc.). Allen combina su faceta de COMEDIANTE con el de INTELECTUAl:USANDO referencias culturales e históricas de toda índole, nos presenta sus clásicos personajes neuróticos, y todo ello lo baña con la dosis justa de nostalgia y admiración hacia su ciudad.

Así, asistimos a réplicas y contrarréplicas mordaces (Isaac, el personaje de Allen, dispara contra casi todos los que le rodean), a salidas completamente absurdas ( el intento de atropellamiento de Isaac a su ex) pero también a reflexiones de calado más profundo ( la celebrada secuencia en la que Allen repasa todo aquello que hace que la vida merezca la pena ser vivida). Podemos ver cómo los personajes discuten sobre el cine de Bergman, o salen de un cine en el que se proyecta una película rusa , y también discuten sobre
asuntos en los que el sexo suele ocupar un lugar central. Y, entre medias Allen nos regala unas postales de su amada Nueva York, y de Manhattan en particular, excepcionalmente fotografiadas por Gordon Willis y acompañadas por la música de George Gershwin.







El trabajo de Allen consiste, más que nada, en ornamentar unas historias en el fondo mínimas y esquemáticas donde los personajes hablan sin cesar, donde no ocurren muchas cosas pero con diálogos sumamente divertidos e inteligentes. Y consigue,con un brillante proceso de escritura del guión,donde perfila con suma pericia a los personajes principales, y en particular a las tres mujeres que rodean a Isaac, el personaje central. Jill (Meryl Streep), su segunda ex-esposa sólo tiene reproches hacia él, y le desprecia hasta el punto de escribir un libro en el que plasma todas sus intimidades . Las otras dos mujeres plantean uno de los temas fundamentales del film, muy común por cierto: La necesidad de escoger entre un amor profundamente racional o uno mayormente basado en el riesgo. El primero es el que llega a sentir Isaac por Mary (Diane Keaton), una mujer con la que puede discutir de cualquier tema “intelectual”, pero cuya inseguridad terminará derruyendo la relación emprendida por ambos. El segundo es el que une a Isaac con Tracy (Mariel Hemingway), una adolescente hermosa con la que mantiene una relación más superficial pero también mucho más espontánea ,placentera, libre y, por tanto, satisfactoria.

Aunque suponga caer en el tópico, no cabe duda de que Manhattan es un auténtico “compendio de las obsesiones de su director”, que expone temáticas que se repetirán de modo cíclico (muchas veces para darles una nueva vuelta de tuerca, normalmente más amarga) en aportaciones fílmicas posteriores:la neurosis,la angustia existencial,las dudas amorosas,,los complejos,los prejuicios,la condición judía,y
al personaje arquetipico alleniano del hombre tímido e inseguro,vulnerable con dificultades para establecer relaciones con las mujeres.

. El final del film es un buen resumen de todo esto. El travelling que muestra a Allen corriendo por las calles de la ciudad (homenaje quizás a la conclusión de Los cuatrocientos golpes de Truffaut) da paso a una secuencia de despedida con Tracy, que se marcha a Londres, en la que aún tiene tiempo para hacer algunos chistes e incluso para una nueva referencia a Casablanca ( í Michael Curtiz) y también para dejarnos con ciertas (en realidad remotas) esperanzas de reconciliación, sin llegar nunca a ceder al happy end hollywoodiense que supondría un reencuentro definitivo de ambos personajes.